El 17 de enero de 1995, hubo un terremoto de magnitud 6.9 en la escala de Richter que sacudió al área de Hanshin-Awaji, el Gran Terremoto de Hanshin-Awaji, y provocó un gran daño a la ciudad de Kobe y sus alrededores. La emperatriz de ese tiempo, Emperatriz Michiko regaló 17 narcisos que habían florecido en su palacio a la zona de desastre. Desde entonces, la flor del narciso se convirtió en un símbolo de esperanza.
Tras el Gran Terremoto de Japón Oriental de 11 de marzo de 2011, una mujer de la prefectura de Miyagi que fue golpeada por el tsunami, hizo un ramo de narcisos que florecían entre los escombros de su casa e intercambió palabras con la Emperatriz, diciendo: «Voy a ser tan fuerte como estas flores». El ramo fue entregado a la Emperatriz y ella lo llevó al Palacio Imperial.
Los 17 narcisos que regaló la Emperatriz fueron convertidos en flores preservadas y siguen floreciendo en Kobe. Y, el ramo que la regaló una mujer de Miyagi ha quedado en el recuerdo de la gente. Así, el narciso se convirtió en una flor de esperanza para la reconstrucción.
En japones, el mes de marzo es el ´tercer luna´ 三月 y otro nombre de este mes según el calendario antiguo es yayoi, 弥生, la palabra que significa la época en que las plantas comienzan a brotar. Con el deseo de que el cielo más luminoso y el emerger de las vegetaciones reaviven nuestro ánimo tras un año de crisis mundial que ensombreció a los corazones de muchos, os dedico un poema del Emperador Meiji:

En la orilla del río
florecen con fuerza
las clavellinas, aunque
las olas se agitan
y las doblegan
Y, sigmos tan firme como:

Como el pino enraizado
en la roca,
ante el mundo tormentoso
ha de permanecer firme
el corazón del hombre
La traducción de poemas (gyosei) del Emperador Meiji está en el proceso de mejora por el poeta español, Antonio Santamaría Solís, y la traductora japonesa, Rika Saruhashi. Neko Ediciones está preparando un libro de 125 gyosei seleccionados por Mikao Usui con el diseño y las ilustraciones de una diseñadora argentina, Cósima Aballe.